Lúcida e inmarchitable certidumbre
LÚCIDA E INMARCHITABLE CERTIDUMBRE Te recomiendo encarecidamente, atento y desocupado lector (ya ella, ya él), que no seas un/a amado/a que a todo lo que argumente tu amada/o digas amén. Te recomiendo, asimismo, que no seas siempre un/a amante obediente, que no ponga nunca objeciones a cuanto arguya quien amas. Te recomiendo, por último,